Cuando uno quiere creerse músico la elección del instrumento se transforma en vital, ya sea si eres más tradicional y lo tuyo es la guitarra, la batería, el bajo o teclados o eres de gustos mas sofisticados y refinados y eliges el violín, la trompeta o la tuba, escoger el adecuado no es una decisión sencilla. Porque si me gusta el metal no puedo utilizar un misero bombo a lo Ringo Starr o si quiero convertirme en un virtuoso músico experimental como diantres lograré expresar mi arte si mi bajo tiene trastes y menos de 6 cuerdas (o sea hello!). Así que ahí empieza la búsqueda.
Todo se resume en una simple oración: “lo que usas es lo que eres”, así, tal cual un shuper diseñador rehusará utilizar un mouse no blanco con dos botones, un buen rockero alternativo que se aprecie de tal no utilizará una Warlock, Jem o cualquiera con nombre de submarino ruso, ¡no!, la elección por abrumante mayoría será ella, la care´botella, la Fender Telecaster (en su infinidad de sabores).Su gracia: ser el primer modelo de guitarra eléctrica de cuerpo macizo (si, sabemos que el consenso es que la Rickenbaker fue la primera eléctrica a secas, no nos mires con esos ojos). Sus pocas piezas, durabilidad y agudeza en su timbre la han hecho la favorita de los amantes de rock and roll, solo es cosa de preguntarle a Richards, Dylan, Greenwood y Coxon (entre tantos otros). Así que, cada vez que veas el característico clavijero delgado con el pequeño logo del apellido de Leo impreso en uno de sus lados, sabrás que no estás frente a un simple trozo de madera, sino que ante uno de los más importantes iconos musicales de la historia.
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